Andrea, reflexiones en la noche
Estamos leyendo, oyendo, viendo y hablando en estos días de la situación de esta niña, su familia y un equipo médico que la cuida. Hablamos todos en el fondo de los cuidados, los podremos llamar de muchas maneras en función de quién y cómo se proporcionan.
Estos cuidados se realizan en base a una escala de valores, normas y ética de cada uno. En la mayoría de las ocasiones no se producen conflictos. En estas situaciones, hay que ser cautelosos con todo lo que nos llega, saber bien el diagnóstico clínico, cómo ha ido su proceso, qué calidad de vida ha ido perdiendo, cómo se han plantado las decisiones, qué factores influyen en un momento determinado para tomar una decisión u otra.
Esta situación no se produce en un momento espontáneo sino que es el resultado de un proceso y, como tal, lleva tiempo, pausas y decisiones. Solo quiero reflexionar sobre esta situación respetando a la niña y a sus padres, por su puesto, que hay muchos oportunistas que no facilitan la toma de decisiones. Hay que cuidar a la niña, pero también a sus padres. En Cuidados Paliativos es lo que hacemos. Cuando intentamos normalizar el proceso de morir, a través de los cuidados y la toma de decisiones que conlleva. Esta normalización del proceso de morir solo tiene un camino, la honesta comunicación entre el paciente, cuando puede, la familia y el equipo médico.
¡Desde aquí respeto a los profesionales y a los padres! Para la niña, mucho cariño al igual que a tantos enfermos que hemos atendido.
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